Por: Carmen Laura Bonilla
En este comienzo de año, quiero presentar varias sugerencias para que consideres entre tus intenciones para el 2023. Éstas pueden tener un impacto positivo tanto en tu salud como en nuestro medio ambiente.
En primer lugar, considera reducir la cantidad de carne que consumes. Expertos de Harvard establecen que las personas que consumen más vegetales tienden a consumir menos grasa saturada, menos colesterol y más vitaminas C, E, más fibra, ácido fólico, potasio, magnesio. Esto te puede ayudar a reducir tu colesterol, bajar la presión y reducir tu índice de masa corporal.
Al mismo tiempo, contribuyes a ahorrar consumo de agua porque la producción de carne y productos lácteos usan agua intensamente. Se estima que producir una hamburguesa de 1/4 libra requiere 660 galones de agua. Imagínate, esto es el equivalente del agua que consumes tomando una ducha por 2 meses.
¿Cómo puedes empezar? Comienza haciendo cambios pequeños, como, por ejemplo, sustituye 1 ó 2 porciones de carne que comas a la semana por vegetales verdes, brócoli, tofú, habichuelas, garbanzos, que son fuentes de proteína vegetal.
En segundo lugar, cuando hagas compra, busca y pregunta por productos orgánicos. Esto incluye frutas, vegetales, granos, carne y productos lácteos. Al consumir productos orgánicos, te beneficias de una nutrición más alta en antioxidantes. Se cree que los antioxidantes pueden proteger las células de tu cuerpo de los radicales libres, relacionados con enfermedades de corazón, cáncer y otras.
Consumiendo productos orgánicos contribuyes al medio ambiente porque la agricultura orgánica aporta al terreno, reduce la contaminación evitando el uso de productos químicos y provee un lugar de crianza sano para los animales, resultando en un proceso más sustentable.
Es importante tener en cuenta la calidad de nuestros suelos porque el suelo atrapa dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. En otras palabras, un suelo saludable nos puede ayudar a reducir el calentamiento del planeta que está causando tantas tragedias climáticas.
¿Cómo puedes empezar? Comienza preguntando en tu supermercado, plaza del mercado o mercado agrícola por productos orgánicos. O, considera comprar tus vegetales y hortalizas directamente de fincas agroecológicas. Algunas fincas hacen rutas de entrega de sus productos en sus regiones. Puedes buscar “finca agroecológica” en Facebook. Aparece una lista.
En tercer lugar, reduce tu consumo de comidas procesadas y empieza un huerto casero. Hoy por hoy, la mayoría de las comidas para la venta en los supermercados consiste de comidas procesadas. Las compramos en cajas, latas, botellas, congeladas y en bolsas, por ejemplo. Muchas veces, contienen mucha sal, azúcar y aceites que pueden causarnos sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Reducir la cantidad de comidas procesadas en tu dieta te puede ayudar a bajar de peso, reducir probabilidades de enfermedades y reducir tus costos de cuidado de salud. Cuando comienzas a comer más comida natural, puedes mejorar el valor nutritivo de tu dieta, obtener más y/o mejores nutrientes de tu comida, sentirte con más energía, mejorar la frecuencia de ir al baño, sentirte mejor.
Y reducir el consumo de comida procesada puede tener un impacto positivo en el planeta a través de reducir los empaques como cajas, latas, botellas y bolsas.
Muchos puertorriqueños han empezado su huerto casero donde cosechan mucha de su comida y tú puedes hacer lo mismo. En tu huerto, puedes controlar tus prácticas de siembra, evitando el uso de productos químicos fertilizantes o herbicidas.
¿Cómo puedes empezar? Identifica cuáles son los vegetales y hortalizas que usas en tu cocina. Busca y siembra semillas o compra plantas de un vivero.
